Humberto Maturana nació en Santiago de Chile el 14
de septiembre de 1928. Estudio educación básica en el Liceo Manuel de Salas. La
educación superior la inició en 1948 ingresando a la Facultad de medicina en la
Universidad de Chile. En 1954 gracias a una beca de la Fundación Rockefeller se
traslado a estudiar al University Collage London en Inglaterra (Porksen 2004:
76). En una segunda oportunidad la Fundación Rockefeller concedió una segunda
beca, lo cual le permito a Maturana continuar sus estudios en la Universidad de
Harvard. Al final de 1958 recibió el doctorado en biología para lo cual
sustento una tesis sobre la anatomía del nervio óptico y del centro visual en
el cerebro de la rana (Porksen 2004: 77).
Por invitación de Jerry Lettvin en 1958 llego a
trabajar en el Massachussets Institute of Technology (MIT) . En este instituto
registro por primera vez la actividad de una célula direccional de un órgano
sensorial. A raíz de dicha investigación junto a Lettvin fueron postulados para
el premio Nóbel de medicina y fisiología, aunque no obtuvieron finalmente el
galardón.
A fines de 1960 decide regresar a Chile. En
relación a ello Maturana da algunas razones como : “Chile estaba protegido de
la competencia dura del quehacer científico [...] prefiero una forma de
existencia independiente que no limite la libertad de pensar” (Porksen 2004:
80).
Se incorpora como ayudante segundo en la cátedra de
biología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. El 1965
participo en la fundación de la Facultad de Ciencias en la misma universidad.
Fue nombrado docente de esta facultad en la cual empezó a trabajar el tema de
la cognición (percepción de colores) utilizando palomas. Descubrió que no era
posible establecer una correlación univoca entre un color de cierta longitud de
onda y la actividad de las células retínales de las palomas .
En 1968 regresa a Estados Unidos a visitar al
biofísico Heinz Von Foerster del Biological Computer Laboratorium (BCL) de la
universidad de Illinois. En el congreso organizado por la Wenner Gren
Foundatión presenta una síntesis de la comprensión que tenía sobre el sistema
nervioso que luego se corrigió y publico como Biology of cognitión.
Al lado de su alumno y colaborador Francisco Varela
escriben el libro De Maquinas y seres vivos en 1972 y en 1984 el árbol del
conocimiento. En el libro de Maquinas y seres vivos explicitan el concepto
clave de la teoría de la biología del conocimiento : La autopoiesis.
En 1999 Humberto Maturana reconoce que cuando
Ximena Dávila psicóloga y colaboradora en su quehacer científico le dice:
“ Doctor, he hecho un descubrimiento, el dolor por
el que se pide ayuda en el ámbito relacional en nuestro presente cultural,
surge siempre de la negación sistemática y recursiva a que nos somete la
cultura patriarcal – matriarcal en que vivimos. Vivimos una cultura que esta
centrada en las relaciones de autoridad y sometimiento, desconfianza y control
que, aun cuando actuemos ubicados en una posición de autoridad, nos niega de
manera recursiva y nos empuja a un vivir sin respeto por nosotros mismos que
eventualmente nos enferma. [...] al contestar mis preguntas, las personas que
la consultaban le mostraban desde su propio actuar y conservar la matriz
relacional cultural en que ellas, sin saberlo, se encontraban inmersas, [...]
también [...] ellas mismas le mostraban, nuevamente sin saberlo, el
entrelazamiento dinámico de la biología del conocer y la biología del amar que
constituía la posibilidad de salir de esa trampa cultural” (Porksen 2004: 6).
Fuerón dichas reflexiones según Maturana lo que le
permitió comprender que los seres humanos como una clase de seres vivos somos
primariamente amorosos. Las citadas reflexiones le condujeron a la creación
conceptual de la matriz biológica de la existencia humana y a la conformación
del Instituto Matriztico en el año 2001.
En el presente Maturana
continua en su quehacer reflexivo en el Instituto Matriztico sobre la
arquitectura dinámica de los seres vivos y como consecuencia de cómo el mismo
lo afirma : “ tome la postura que el observador empieza a existir recién a
partir de la distinción de sí mismo, vale decir cuando hace del dominio de su
quehacer cotidiano el punto de partida de sus reflexiones” (Porksen 2004: 14).
Agrega además que “Todo lo que es dicho es dicho por un observador” y lo
explica asumiendo que no existe método verificable para establecer un nexo
entre las propias afirmaciones y una realidad independiente del observador cuya
existencia uno a lo mejor da por sentada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario